Despertando a tu Mundo
A lo largo de tu día puedes hacer una pausa, tomar un descanso de tus pensamientos usuales, y despertar a la magia y a la grandeza del mundo a tu alrededor. Pema Chödron dice que este tipo de práctica de mindfulness fácil y espaciosa es la cosa más importante que podemos hacer con nuestras vidas.
Foto por Kudumomo
Traducido por Roberto González Lazo, directamente de Mindful
Uno de mis temas favoritos de contemplación es esta pregunta: Ya que la muerte es cierta, pero la hora de la muerte incierta, que es la cosa más importante? Sabes que vas a morir, pero realmente no sabes cuanto tiempo tienes para despertar del capullo de tus patrones habituales. No sabes cuánto tiempo te queda para cumplir con el potencial de tu vida. Dado esto, ¿Qué es lo más importante?
Cada día de tu vida, cada mañana de tu vida, te podrías preguntar, ‘Mientras avanzo en este día, ¿Qué es lo más importante? ¿Cuál es el mejor uso para este día? ¿Cuál es el mejor uso de cada día de nuestras vidas? En un día muy corto, cada uno de nosotros podría volverse más sano, más compasivo, más respetuoso, etc. O podríamos enterrar todas estas cualidades más profundamente y ponernos más en contacto con la mente solida, retirándonos más a nuestro capullo.
Cada vez que un patrón habitual se hace fuerte, cada vez que nos sentimos atrapados en el piloto automático, podríamos verlo como una oportunidad para practicar. En vez de un problema, podríamos verlo como una oportunidad para practicar. Pero eso es difícil de hacer, cuando nos damos cuenta que estamos enganchados, que estamos en piloto automático, ¿Qué es lo que hacemos enseguida?
Esta es una pregunta central para el practicante. Uno de los medios más efectivos para trabajar con ese momento que vemos la tormenta de nuestras tendencias habituales, es la práctica de hacer una pausa, o crear un hueco. Podemos parar y tomar tres respiraciones conscientes, y el mundo tiene una oportunidad para abrírsenos en ese hueco. Podemos permitir un espacio en nuestro estado mental.
Antes que hable más de hacer una pausa conscientemente o crear un hueco, podría ser útil apreciar el hueco que ya existe en nuestro ambiente. Si te tomas un tiempo para practicar meditación formalmente, quizás temprano por la mañana, hay mucho silencio y espacio. La misma práctica de la meditación es una manera de crear huecos. Cada vez que te das cuenta que estas pensando y dejas ir tus pensamientos, estas creando un hueco. Cada vez que la respiración sale, estas creando un hueco. Puede que no lo experimentes de esa manera siempre, pero la instrucción de meditación básica esta diseñada para estar llena de huecos. Si no llenas tú tiempo de práctica con tu mente discursiva, con tu preocupación y obsesión y todo ese tipo de cosas, tienes tiempo para experimentar la bendición de tus alrededores. Puedes simplemente sentarte ahí calladamente. Entonces quizás el silencio llegara a ti, y lo sagrado del espacio penetrara.
O quizás no. Quizás ya estas atrapado en el trabajo que tienes que hacer ese día, los proyectos que no has terminado del día anterior, quizás te preocupas de algo que tiene que hacerse, o no se ha hecho, o una noticia que acabas de recibir. Quizás estés atrapado en tu mente ocupada, atrapado en el titubeo del miedo, depresión o desmotivación. En otras palabras, te has ido a tu capullo.
Para todos nosotros, la experiencia de enredo difiere día con día. Sin embargo, si te conectas con las bendiciones de tus alrededores – la calma, la magia, y el poder – quizás ese sentimiento puede quedarse contigo y puedes avanzar en tu día con él. Lo que sea que estés haciendo, cuando estás en contacto con ese ambiente más grande, eso puede cortar tu mentalidad de capullo.
Por otro lado, conozco por experiencia propia que tan fuerte es la mente habitual. La mente discursiva, la mente ocupada, preocupada, atrapada, encajonada, es poderosa. Todas esas son las razones para hacer lo más importante – darnos cuenta que oportunidad tan fuerte es cada día, y que tan fácil es desperdiciarlo. Si no permites a tu mente abrirse y conectarse con donde estas, con la inmediatez de tu experiencia, fácilmente podrías sumergirte por completo. Podrías quedar completamente atrapado y distraído por los detalles de tu vida, desde el momento en el que te levantas en la mañana hasta que te duermes en la noche.
Quedas tan atrapado en el contenido de tu vida, las pequeñeces que hacen un día, tan auto absorbido en el gran proyecto que tienes que hacer, que las bendiciones, la magia, la calma, y la vastedad se te escapan. Nunca emerges del capullo, a excepción de cuando hay un ruido que es tan fuerte que no puedes evitar notarlo, o algo te impacta, o captura tu atención. Entonces por un momento sacas tu cabeza y te das cuenta, ¡Guau! ¡Mira ese cielo! ¡Mira esa ardilla! ¡Mira esa persona!
¿Pasas todo tu tiempo con mil cosas en la cabeza, distrayéndote con tu propia mente, completamente perdido en tus pensamientos? Conozco este hábito demasiado bien yo misma. Es el predicamento humano. Es en contra de lo que estamos.
‘Si, pero….’ decimos. Si pero, tengo un trabajo que hacer, hay una fecha límite, hay una cantidad sin fin de e-mails que tengo que contestar, tengo que limpiar y cocinar. ¿Cómo se supone que vamos a hacer malabares con todo lo que vamos a hacer en un día, en una semana, en un mes, sin perder una oportunidad preciosa de experimentar quienes somos realmente? No solo tenemos una preciosa vida, sino que esa preciosa vida está hecha de preciosos días, y esos preciosos días están hechos de preciosos momentos. Como los pasemos es muy importante. Si tenemos trabajos que hacer, no solamente nos sentamos a meditar todo el día. Tenemos lo áspero de las relaciones – como vivimos juntos, como nos tallamos el uno contra el otro. Yéndonos bien por nosotros mismos, librándonos de las personas que pensamos que nos distraen, no va a resolver todo. Parte de nuestro dilema, es aprender a trabajar con los sentimientos que las relaciones nos traen. Estas proveen oportunidades para hacer lo más importante también.
Si te has pasado la mañana perdido en el pensamiento preocupándote de lo que tienes que hacer en la tarde, ya estás trabajando en ello en cada pequeño hueco que puedas encontrar, has gastado muchas oportunidades, y ni siquiera es la hora del almuerzo. Pero si la mañana ha estado caracterizada por al menos un espaciamiento, alguna apertura en tu mente y en tu corazón, algún hueco en tu manera usual de quedar atrapado, tarde o temprano eso comenzara a permear el resto de tu vida.
Si no te has acostumbrado a la experiencia de la apertura, si no has tenido ningún sabor de ella, entonces no hay forma de que la tarde vaya a ser influenciada por ella. Por otro lado, si le has dado una oportunidad a la apertura, no importa si estas meditando trabajando en la computadora, o preparando una comida, la magia va a estar allí para ti, permeando tu vida.
Como dije, nuestros hábitos son fuertes, así que se requiere una cierta disciplina para pisar fuera de nuestro capullo y recibir la magia de nuestros alrededores. La práctica de la pausa – la práctica de tomarte tres respiros conscientes en cualquier momento cuando notamos que estamos atorados – es una práctica simple pero poderosa que cada uno de nosotros puede hacer en cada momento.
La práctica de la pausa puede transformar cada día de tu vida. Crea una entrada a lo sagrado del lugar en el que te encuentras. La vastedad, la calma, y la magia del lugar llegaran a ti, si dejas tu mente relajarse por solamente unos cuantos respiros, la historia que estas intentando tan arduamente en mantener. Si pausas justo lo suficiente, puedes reconectarte exactamente con donde estas, con la inmediatez de tu experiencia.
Cuando estas despertando por la mañana, y ni siquiera has salido de la cama, incluso si vas tarde, podrías solamente mirar hacia afuera y dejar caer la historia que traes y tomar tres respiros conscientes. Solo esta donde estas. Cuando te estas bañando, o haciendo tu café o té, o cepillándote los dientes, solamente crea un hueco en tu mente discursiva. Toma tres respiros conscientes. Solamente pausa. Deja que sea un contraste con estar todo atrapado. Deja que sea como reventar una burbuja. Deja que sea solo un momento en el tiempo, y entonces continúa.
Estas en tu camino a todo lo que necesites hacer en el día. Quizás estás en tu carro, en el autobús, o parado en una fila. Pero todavía puedes crear ese hueco tomando tres respiros conscientes y estando ahí mismo con la inmediatez de tu experiencia, justo ahí con lo que sea que estés viendo, con lo que sea que estés haciendo, con lo que sea que estés sintiendo.
OTRA MANERA PODEROSA de hacer una práctica de pausar es simplemente escuchar por un momento. En vez de que la vista sea el sentido de percepción predominante, deja que el sonido, la audición, sea el sentido predominante de percepción. Es una manera muy poderosa de cortar con nuestra manera convencional de ver al mundo. En cualquier momento, puedes solamente detenerte y escuchar atentamente. No importa que sonido en particular escuches; simplemente crea un hueco escuchando atentamente.
En cualquier momento podrías simplemente escuchar. En cualquier momento podrías poner tu atención completa en la inmediatez de tu experiencia. Podrías ver tu mano descansando en tu pierna, o sentir tu cuerpo sentado en el cojín o en la silla. Podrías simplemente estar aquí. En vez de no estar aquí, en vez de estar absorbido pensando, planeando y preocupándote, en vez de estar atrapado en el capullo, corta a través de tus percepciones sensoriales, corta a través del poder y la magia del momento, podrías estar aquí. Cuando sales a caminar, pausa frecuentemente – detente y escucha. Detente y toma tres respiros conscientes. No importa que tan preciso creas los huecos. Solamente encuentra una manera de marcar tu vida con estos momentos libres de pensamiento. Ni siquiera tienen que ser minutos libres de pensamiento, puede ser no más que un respiro, un segundo.
Marca, crea huecos. Tan pronto como lo hagas, te das cuenta que tan grande es el cielo, que tan grande es tu mente. Cuando estás trabajando es tan fácil consumirte, particularmente por las computadoras. Tienen una forma de hipnotizarte, pero podrías tener una alarma en tu computadora que te recuerde crear un hueco. No importa que tan gorroso sea tu trabajo, no importa que tanto te esta desgastando, solo sigue pausando, sigue permitiendo un hueco. Cuando te enganchas en tus patrones habituales, no lo veas como un problema grande, crea un hueco.
Cuando estas completamente lastimado por algo y haces una pausa, tu inteligencia natural hace click y tienes un sentido de hacer lo correcto. Esto es parte de la magia, nuestra propia inteligencia natural siempre está ahí para informarnos, mientras sigamos permitiendo un hueco. Mientras sigamos en piloto automático, dictado por nuestras mentes y nuestras emociones, no hay inteligencia. Es una carrera de ratas.
Pausa, conéctate con la inmediatez de tu experiencia, libérate del capullo del auto-involucramiento, hablando contigo mismo todo el tiempo, completamente obsesivo. Permite un hueco, hueco, hueco. Solo hazlo una y otra vez, permite que el espacio se dé cuenta donde estas. Date cuenta lo grande que es tu mente, date cuenta que tan grande es el espacio, que nunca se ha ido, pero que lo has estado ignorando.
Encuentra la manera de desacelerar. Encuentra la manera de relajarte. Encuentra la manera de relajar tu mente y hazlo a menudo, muy, muy a menudo, a lo largo del día continuamente, no solo cuando estés enganchado sino todo el tiempo. En el fondo, estar atrapado en el pensamiento discursivo, continuamente auto-involucrado con planes discursivos, preocupaciones, y demás, es apego a nosotros mismos. Es la superficie manifiesta del apego al ego.
Así que, ¿Qué es lo más importante que puedes hacer cada día? ¿Con cada mañana, cada tarde, cada noche? Es dejar un hueco. No importa si estas practicando meditación o trabajando, hay una continuidad subyacente. Estos huecos, estas marcas, es como hacerle hoyos a las nubes, hacerle hoyos al capullo. Y estos huecos pueden extenderse para que puedan permear tu vida completa, para que la continuidad no sea más continuidad del pensamiento discursivo sino un hueco continuo.
Pero antes que te dejes llevar por la idea del hueco continuo, seamos realistas acerca de donde estamos ahora. Primero debemos recordarnos que es lo más importante. Entonces tenemos que aprender a balancear eso con el hecho que tenemos trabajos que hacer, lo que puede causar que nos sumerjamos en los detalles de nuestras vidas y atrapados en el capullo de nuestros patrones todo el día. Así que encuentra maneras de crear huecos frecuentemente, a menudo, continuamente. De esa manera, te permites a ti mismo que el espacio se conecte con el cielo y el océano y las aves y la tierra y con las bendiciones del mundo sagrado. Date la oportunidad de salir de tu capullo.