El Gran Espejo

 

Para ver claramente en una relación debemos notar dónde nos conectamos y dónde idealizamos, el maestro Budista Dzogchen Punlop Rinpoche nos da las herramientas para un mayor entendimiento e insight. 

Foto por Lisa Mathews

Traducido por Roberto González Lazo, directamente de Mindful

 

Nuestra así llamada vida, es experiencia, y la experiencia es relación. De manera simple, no tenemos una existencia independiente. No podemos existir sin depender en los demás. Cuando voy a la tienda y compro una manzana, quizás me sienta muy independiente. Entro, agarro una manzana, pago con mi propio dinero, y me voy a casa para comérmela yo mismo. Pero de hecho solo puedo disfrutar esta manzana porque está conectada con muchas personas y condiciones, el dueño de la tienda, los empacadores, los camioneros, los granjeros, todo el camino de regreso a la semilla y la Tierra. Hay muchísima conexión todo el tiempo.

De todas las relaciones que tenemos en esta experiencia interdependiente nuestra, la más directa, más emocional, y más apta para traer gozo y sufrimiento es una relación íntima y cercana con otro ser humano. Le damos la prominencia grande y especial en nuestra mente, pero nos ayuda el recordar que es lo mismo que la manzana. Es acerca de interconexión, interdependencia. 

La relación es una gran espejo. Es el espejo en el cual nos vemos a nosotros mismos, en el cual nos descubrimos a nosotros mismos. Ese espejo puede estar distorsionado. Recuerdo la primera vez que me vi en un espejo de la casa de la risa en la feria: "Oh!, que me pasó?, estoy toda estirada!" El espejo también puede ser muy claro. Podemos vernos a nosotros mismos y qué estamos haciendo directamente. Eso hace una relación una hermosa experiencia.

Cuando nos sentamos con nosotros mismos, es fácil disfrutar nuestros juegos mentales, fantasías, viajes del ego, y así sucesivamente. Podemos continuar sin ningún problema. Pero intenta eso con tu pareja. Entonces aquí viene el espejo. El espejo te reflejará y te mostrará tus feos viajes del ego. Un espejo es muy neutral - solo refleja. No toma ningún lado. Solo es un espejo para ambos. 

En este espejo, nos descubrimos a nosotros mismos - nuestras tendencias, nuestras debilidades, y nuestras fortalezas. Descubrimos nuestras cualidades buenas así como nuestras cualidades negativas. Este espejo se vuelve un maestro muy preciado para nosotros, un camino muy preciado. El espejo de las relaciones se vuelve una enseñanza muy preciada para que nosotros descubramos quienes somos realmente, y donde estamos en el camino y en el mundo también. 

Esto es mucho que incorporar, así que nuestra tendencia es ver lo que queremos ver en este espejo de las relaciones. El problema con este abordaje es que dos personas en una relación cercana pueden ver dos cosas diferentes. Si quiero ver algo, y ella quiere ver algo más, ambos estamos viendo dos cosas diferentes. Como resultado, estamos siendo sacados del equilibrio, del beneficio, de la preciosidad, de la relación, el espejo. En lugar de eso idealizamos la relación, en lugar de eso, escapamos. En lugar de eso vivimos en un futuro que en este momento presente e inmediato. Pero si podemos practicar a estar en este momento presente, la relación se vuelve un camino y el espejo un gran maestro. 

En nuestra relación con otro, a menudo no entendemos como estamos conectados. A menudo pensamos que somos dos hechos uno, o quizás pensemos que somos completamente independientes. Mi padre me enseño que un matrimonio o una pareja, una relación íntima con otro ser humano, es como dos anillos acercándose. Puedes ilustrarlo con tus dedos, haz un anillo con cada mano, después junta los anillos. Hay un espacio común en el centro. Hay una responsabilidad mutua, gozo, y compartir, y no obstante al mismo tiempo debemos entender que hay dos lados. No solo es el centro. El espacio individual también es necesario, y si intentamos traslapar estos anillos totalmente, perdemos el equilibrio. 

Hay un lazo común, pero también hay dos mentes individuales. Debemos entender eso y permitir la independencia del otro. El espacio en común respeta el espacio individual. No podemos sobreponernos al otro o hacerlo igual a nosotros. El otro no solo tiene necesidades, sino también hábitos individuales que no puedes cambiar. Ellos necesitan iniciar los cambios por ellos mismos, no puedes cambiarlos a la fuerza.

Ese es el principio básico en una relación - compartimos. Compartimos nuestra sabiduría, nuestro conocimiento, nos permitimos ser un espejo, pero depende del individuo hacer la elección. Debemos respetar eso. Debemos saber que el otro actúa desde patrones de hábitos, igual que nosotros. Igual que nosotros no podemos ser cambiados a la fuerza desde afuera, así tampoco ellos. 

Los problemas comienzan cuando perdemos el equilibrio que viene de entender la interacción de conexión y separación. Perdemos el sentido de mindfulness (atención plena) cuando perdemos el balance básico de la enseñanza de no ser y no ego y nos volvemos egoístas y egocéntricos, o incluso ego-maníacos. 

Ahí es donde comienza el sufrimiento y termina el gozo, donde el gozo de la relación termina y el sufrimiento de la relación comienza. Cuando una relación está en problemas, eso estimulará nuestro camino. No podemos esperar que siempre va a ser perfecta. En el espejo de las relaciones, descubrimos todas estas cosas. Descubrimos la naturaleza real de la relación y descubrimos como perdemos el equilibrio, como perdemos la visión sin ego y sin ser, como perdemos el sentido de amar y cuidar. 

Practicando mindfulness y conciencia plena nos puede ayudar a ver en el espejo más claramente. Mindfulness puede domar el desenfreno mental que causa que salgamos de balance. Mindfulness pone la mente salvaje en un corral. Una vez que el caballo salvaje de nuestra mente está un poco quieto, podemos entrenarlo atándolo al poste de la conciencia. Después podemos entrenar al caballo a hacer muchas cosas, incluyendo que vaya el mismo por el camino de la relación y que tome gozo y deleite de amar. 

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