Domando a la mente que desea
Tienes hambre, pero ¿de qué realmente tienes hambre?
Sasha Loring sobre abrir tu corazón, ofrecer tus apegos, y ser mindful (consciente) cuando estés satisfecho.
No estás seguro como llegaste aquí, parado en la oscuridad de la cocina, tu cara perpleja iluminada por la luz que sale de refrigerador. Todo lo que sabes es que quieres algo, y hay esperanzas de que lo encuentres en las sobras del pastel de chocolate que está en la una repisa. Esta búsqueda es familiar para la mayoría de nosotros porque vivimos impulsados por el deseo. Ansiamos, experimentamos una insatisfacción fundamental y penetrante con lo que es, y gastamos una enorme cantidad de tiempo y energía en luchar alcanzar una mejor circunstancia externa y un estado mental más satisfactorio.
Como probablemente ya habrás reconocido, reducir el deseo no es fácil. Mucha de nuestra energía mental está centrada en obtener lo que queremos. Afortunadamente el camino de mindfulness (atención plena) está construido alrededor del reconocer, soltar, y eventualmente liberarnos de este constante ansiar y aferrarse.
Hay tres componentes para superar el deseo que lleva al consumo excesivo. El primero es examinar "la mente que quiere", el segundo es volverse más comprensivo acerca de cómo tu atención se clava en lo que quieres, y el tercero es aprender como transformar esta fijación en una ofrenda.
Examinando la Mente que Quiere
"Querer" es un fenómeno universal, y nuestra lista mental de lo que queremos parece no terminar. Despertamos en la mañana y nos preguntamos, "¿Qué quiero hoy, que quiero comer, que quiero comprar, cuanto quiero?" Querer, cuando va más allá de nuestras necesidades básicas y ordinarias, es una expresión de un anhelar algo ya sea más o diferente de lo que ya tenemos. Hay una sensación de estar fundamentalmente insatisfecho. Vale la pena ver más profundamente en la naturaleza del querer, reconocer como sabes que el querer está ahí, y nombrarlo.
Cuando te familiarizas con reconocer y nombrar el querer, entonces se hace más fácil notar cuando estás capturado, y por lo tanto es más probable que te liberes. También te puedes volver más específico acerca de los elementos del querer y desear nombrando que sentido está activado y qué está buscando. Por ejemplo, desear está originándose a través de la vista - viendo una forma que quiero. O el deseo se está originando a través del gusto - queriendo placer del contacto con la lengua. Quizás incluso notes el deseo de ideas, para estimulación mental.
La práctica de meditación es una manera fundamental de familiarizarte más con tu mente, y acostumbrarte a observar como los estados mentales se originan, son notados, y después se disuelven. Con la práctica te puedes volver mejor para notar el estado mental de "yo quiero", dejar que se origine, verlo, y dejarlo ir. Observando el deseo mismo y dejarlo que se vaya una y otra vez, puedes traer una sensación de ecuanimidad más calmada y satisfecha a tu vida en lugar de estar constantemente sujeto a una interminable serie de deseos.
Aflojando la Fijación
El segundo componente en disminuir el deseo es notar cuando tu atención se ha clavado o fijado. Una fijación es un estrechamiento de la atención en una cosa a la que estamos fuertemente apegados o nos sentimos repelidos. Es atracción, un momento muy irresistible es creado para obtener el objeto de la fijación, incluyendo tener pensamientos acerca del objeto así como sentir una sensación física, algo como un agujero que necesita ser llenado.
Tener una fijación también incluye la tendencia de la mente de embellecer las cualidades deseables de lo que queremos, mientras que ignoramos "el lado malo", los aspectos indeseables o las consecuencias futuras. Usando una atención consciente para romper tu fijación de atención, puedes separar el querer del obtener. Imagina que tu hijo está siendo arrastrado por el mar en el oleaje. No tratarías de luchar contra el oleaje (el objeto) sino que agarrarías a tu hijo (tu atención) y lo jalarías de regreso a la orilla. Si practicas hacerte más consciente de tu atención como un aspecto de tu mente que puede de hecho tomar el cargo de y usarlo como apoyo, puedes notar cuando ha sido secuestrada y deliberadamente traerla de regreso. Las prácticas de meditación centradas en la respiración, tales como shamata, son muy buenas para entrenar tu atención a no vagar. Cuando notes que tu mente se ha ido a vagar, ha sido "llevada por el mar", simplemente tráela de regreso al objeto neutral de atención, en este caso la respiración.
Haciendo Ofrendas
Otra manera de soltar la fijación es ofrecer el objeto de tu deseo. He hecho esto una práctica de dejar una pequeña porción de comida en mi plato y mentalmente la ofrezco al final de la comida, diciendo algo como "Que todos los seres tengan suficiente comida". He notado que esto tiene diversos resultados. Primero, redice mis tendencias aceleradas y sin consciencia. En segundo, hace que cada comida se sienta como una experiencia universal compartida. Adicionalmente, cuando realmente ofrezco comida siento calidez en mi corazón, una radiación momentánea de compasión que suaviza y anima mi propio estado mental. Comenzando con nuestra propia mente, podemos comenzar a dar reversa al desear que a menudo conduce nuestros comportamientos.
Puedes hacer una práctica de ofrenda con cualquier cosa que ha levantado tu estado mental de deseo. Con comida, dejando una pequeña porción antes de comer como una ofrenda disminuirá la velocidad e interrumpirá los patrones habituales que a menudo conducen el comer en demasía. Ofrecer esta porción de comida al final de la comida dejándola fuera puede señalar que terminaste de comer, e impedir el continuar sin darte cuenta. Cuando notes que se origina el deseo mientras vas de compras, quizás desees que todos los seres tuvieran la calidez y la comodidad del suéter de cachemira que deseas, y realmente abrir tu corazón en un gesto de ofrecérselo a ellos. Esto puede causar un cambio real en la actividad del cerebro de un centrarse en un "yo" angosto a una parte más empática y conectada del cerebro. Ponlo a prueba tu mismo. La mayoría de las personas se sienten más felices cuando son liberadas del estado mental de "yo quiero" a los sentimientos de corazón más abierto de amabilidad y generosidad.
La próxima vez que te encuentres "parado frente a la puerta del refrigerador" detente y nota. Qué estoy haciendo aquí? Qué siento en mi pecho, mi corazón? Le puedo dar un nombre? Reconoce que tu atención se ha ido en búsqueda de un objeto de tu querer, se ha fijado en algo externo y trata de mitigar el dolor de tu anhelo e insatisfacción. Trae tu atención de regreso a simplemente estar presente con lo que estés experimentando. Siéntate por un momento y sostén ese sentimiento en compasión. Estate completamente presente con este querer, como sea, con un corazón abierto. Quizás pon una mano de confort sobre tu pecho. Entonces puedes ofrecer lo que sea con lo que estés luchando diciendo algo como, "Que todos tengan la comida que necesitan, la felicidad que buscan, y todos logren alivio de la mente que sufre e insatisfecha".
Librarte del apego puede de hecho incrementar el placer que puedes experimentar de los objetos a tu alrededor, ya sea que los poseas o no. Puedes reconocer a la atracción misma, y relajarte en ella como una experiencia de apreciación en lugar de querer. El objeto es lo más precioso si lo dejas ir, liberándote a continuar experimentando tu mundo sin quedarte atascado. La atracción no es un problema, tratar de pegarte al objeto de tu atracción es donde se origina el dolor.
En resumen, hay tres pasos para reducir el deseo y llevar a una vida más satisfactoria: reconocer la mente que quiere, relajar tu atención fijada, y ofrecer el objeto de tu deseo - psicológicamente, físicamente o ambo. Como individuos tenemos la oportunidad de redireccionar el momento de querer en uno de generosidad y cuidado. Esto continuará por un largo camino de transformar tu mente y aliviarla de insatisfacción intensa que conduce tu deseo.
Sasha T. Loring, es una psicoterapeuta y una líder mindfulness de retiros quien ha estado enseñando meditación por más de treinta años. Ella es la autora de Comer con Amabilidad Fiera: Una guía Mindful y compasiva para perder peso.